viernes, 8 de noviembre de 2013

ELOGIO DEL FRACASO


Estas son palabras de Alberto Iñurrategi, concretamente el título de su última audiovisual, y nada mejor para describir nuestra última salida.

Nos dirigimos a Amitges después de meses de inactividad a causa de unas lesiones, con la intención de hacer la vía Giraud a la aguja pequeña de Amitges. Llegamos el sábado al refu y por la tarde hicimos parte de la aproximación a la pared, cenar, dormir y ya es Domingo. Nos levantamos y desayunamos copiosamente, pues nunca se sabe cuando volveremos a comer, y partimos hacia la pared, después de hora y cuarto estamos a pie de vía, además una entrada muy evidente a pesar de que las reseñas que teníamos no eran del todo claras.

Nos equipamos y comienza la escalada por un diedro-chimenea de IV+ que después se convierte en terreno fácil hasta la segunda reunión. Hasta aquí todo correcto, pero la salida de esta reunión no la teníamos clara y decimos ir a buscar un diedro que vemos hacia la izquierda pues en la reseña indicaba un diedro de V. Superamos el diedro y vemos claramente que eso no era V y además tenía una reunión encima que no correspondía con nuestra reseña, estaba claro no estamos en nuestra vía pues esto era muy difícil para lo que nos habíamos planteado así que toca abandonar. Abandonamos por lo que parecía que era una línea de rapeles, cambiamos cinta ponemos mallón y primer rapel hasta el siguiente descuelgue. Volvemos a cambiar cinta y NO PONGO MALLON, segundo rapel y aquí empieza el fracaso, cuando queremos recoger las cuerdas se encallan en una fisura, intentamos una y otra vez y no hay manera, hacia la izquierda, hacia la derecha y nada, el nudo subía hasta la R tirábamos pero no conseguíamos sacarla de la fisura.

Decidimos que hay que remontar la cuerda y cuando ya llevo unos metros ¡MIERDA NO PUSE MALLON! hemos estado tirando en una dirección y otra con fuerza y no sabemos si hemos segado la cinta.
Bajo a la reunión y vemos que de esta a pie de vía las cuerdas llegan, así que las anclamos y rapelamos, y de aquí al refu cansados, derrotados, desanimados y sin nuestra vía, ni nuestras cuerdas.

Llegamos al refu y lo comentamos con el guarda y el nos dice que no nos preocupemos que alguien nos ayudará seguro.

Aquí comienza el ELOGIO, se nos acerca un chico y pregunta ¿vais a escalar? y nosotros le explicamos nuestra odisea, a lo que el nos contesta, no os preocupéis yo mañana os las recupero... esa es una de las vías que quiero hacer pues está dentro de mi proyecto, un proyecto ambicioso que consiste en cruzar el pirineo de mar a mar haciendo las clásicas mas emblemáticas de cada zona en solo integral. Así que charlamos un poco y al día siguiente lo vemos por la pared de Amitges moviéndose como pez en el agua, en solitario y recuperando nuestras cuerdas.

Por la tarde lo esperamos en el refu y lo vemos llegar pletórico, había hecho las cuatro vías que se había propuesto y además nos había recuperado las cuerdas. Un ¡CRAC! no se le puede llamar de otra manera, tomamos unas cervezas y entre charla y risas resulta que es Eloi Callado, todo un ejemplo de humanidad, técnica, sencillez y elegancia escalando.

Después de todo esto recogemos nuestras cosas y marchamos del refu no sin antes despedirnos, desearle lo mejor en su proyecto y darle las gracias.

Y nuestra conclusión final es que a pesar de no hacer cima y quedarse las cuerdas encalladas, nos hemos puesto a prueba hemos escalado y abandonado, hemos pasado unos días en el refu y hemos conocido a una persona excelente, en definitiva, lo hemos pasado bien, esto es... el ELOGIO DEL FRACASO.

Gracias Alberto por enseñarnos el significado de esta frase.

Antonio y Rosa








domingo, 6 de octubre de 2013

Al filo de la chapuza, el origen


Era finales del siglo XX, cuando procedentes de diferentes zonas del Baix LLobregat ,  varios personajes empezaron a coincidir en un  centro de montaña y en un rocódromo. Organizaban encuentros cada semana  y, a pesar de que sus vidas eran muy dispares, todos  tenían dos cosas en común: la pasión por la escalada  y por  la cervecita.

El grupo iba en aumento y se participaba en numerosas actividades, de algunas de ellas salían triunfantes y de otras, bueno, no tanto…….

Después de varias investigaciones y muchas reuniones para recopilar información, hemos tenido la suerte de encontrar el documento físico que demuestra con exactitud la fecha en que se fundó la colla de “Al filo de la chapuza”.




Fue un 24 de septiembre del 2000 cuando, sin querer, el grupo consiguió abrir en Montserrat una primerísima en una de sus agujas, “La Corona de la Reina”.  Convencidos de que estaban a pie de  una de las vías que indicaba el libro de reseñas, tres de los miembros Antonio, Alfonso y Nino consiguieron abrir la vía de la cual, hasta la fecha,  no hay constancia de que haya sido repetida.




Realmente el nombre “Al filo de la chapuza” tuvo que ver con la manera poco ortodoxa de su apertura ya que se hizo al viejo estilo de Rabadá y Navarro, sin chapas y sin más seguro que una vieja rama de un arbolillo, pero finalmente se consiguió alcanzar la cima de la aguja.

Pasado el tiempo descubrieron que en otra de las caras había dos vías perfectamente aseguradas con chapas y descuelgues recién instalados, aquellos que indicaba la famosa guía de Montserrat, no obstante la victoria conseguida consolidó el grupo, era AL FILO DE LA CHAPUZA.

Lo más importante era la conexión que había en el grupo, solamente con una rápida mirada de complicidad, los componentes salían raudos a la protección de un compañero en peligro, caso que se iba dando de vez en cuando, si recordáramos las numerosas expediciones al Cervino, o los intentos al Pá de Sucre.

Sobre el 2005 el grupo fué disgregándose y separándose territorialmente, por diferentes motivos  unos familiares y otros laborales, pero su sentimiento quedaba latente.

Sería hace un año aproximadamente, a la vuelta de una aventura en hielo en Gogne, cuando nuevas estrellas de características similares, piensan en volver a levantar el grupo. Poco a poco se va enraizando de nuevo. Con la ayuda de nuevas tecnologías como el wasap… o como se diga, y la reaparición de antiguos miembros  se reactivó el grupo que, haciendo honor a su nombre, continúa rozando el filo de la chapuza.




Por ese motivo me sentí muy emocionada cuando alrededor de aquella mesa, compartiendo esa cosa que siempre jurábamos que no haríamos hasta la vejez, una calçotada, se rememoraba la historia y se compartía con los nuevos miembros.

La verdad es que cuando a algún conocido, ajeno a la materia de montaña, le hablo del blog de Al filo de la chapuza, se me parten de risa y me miran con cara de extrañeza. Pero creo, de corazón, que es el mejor nombre que podríamos haber elegido y si no seguir nuestras aventuras.







Cumbre de La Corona de la Reina, 24 de Septiembre del 2000

Cumbre por su vía normal unos años más tarde

En Cogne, lugar de la propuesta de reencuentro